HISTORIA DE TURIENZO CASTAÑERO
(Por D. Manuel Olano Pastor – historiador y Director del museo de Bembibre)
No exageramos si decimos que los primeros asentamientos de Turienzo se remontan a épocas prerromanas. A través de diferentes documentos, estudios y otras fuentes de información que han llegado a nosotros, sabemos que Turienzo tiene muchísima historia. Una prueba geográfica de ello es el lugar denominado «LAS TORCAS» y «EL CASTRO DEL RECHANO», en el cual sus antiguos moradores ya extraían el oro. En el castro estaba asentado «Turgentium» (Gente que vive en terreno elevado o en lo alto)
En las inmediaciones de Las Torcas y El Rechano», a lo largo de los siglos, y ya en época de la cristianización, se fueron sucediendo diferentes edificaciones y monasterios o ermitas. Tras la invasión musulmana un periodo de oscuridad y silencio se abatió sobre las laderas del Redondal y, como la historia no suele estar exenta de mitos y leyendas, fue San Genadio quien fundó allá por el año 912 el monasterio de «San Pedro y San Pablo de Castañeda», restaurado por el Obispo Odario en el 960. A partir de ese momento las crónicas monásticas aluden a la existencia en el año 980 de Turienzo, San Pedro Castañero y San Martín del Valle de Magaz y en el 1190 a Santo Sebastiano o San Sebastián, núcleos poblacionales que fueron la génesis de aquel movimiento repoblador, del que hoy tan solo perduran los dos primeros.
San Martín del Valle de Magaz se ubicaba en “La Chana de San Martín”. Luego, al ser desamparada la población por sus habitantes en el s. XIII el templo eclesial se transformó en ermita, subsistiendo hasta el año 1745. Hace algunas décadas se localizó su necrópolis en el antiguo camino de San Pedro Castañero. San Sebastián, que podríamos adjetivar como el Barrio de Arriba de Turienzo Castañero, se hallaba en las inmediaciones de las Torcas y al igual que ocurriera con San Martín sus moradores lo abandonaron en aquellos tiempos, pasando a residir en Turienzo. La iglesia como no podía ser de otra manera, se trocó en ermita, de ahí que al visitar la localidad el obispo Fr. Crisóstomo de Vargas en el año 1727 mencione que fue iglesia titular.
En esta capilla se rendía culto a los Santos Mártires San Fabián y San Sebastián y también a San Andrés Apóstol. Aquí tenían además sus panteones los Castro y Barrientos, que eran los linajes más representativos de la población.Su demolición acontece en 1753 ante la carencia de numerario por el concejo para asumir el coste de la rehabilitación. Una cruz erigida en su solar permitió mantener viva su memoria durante algún tiempo, pero luego su recuerdo se perdió para siempre en las páginas del libro del eterno olvido.
Es posible que el paraje de San Antolino que se asentaba a la vera de “Camino Real” y donde existió una ermita hasta el año 1754, haya sido el templo eclesial de otro poblado desaparecido igualmente en la Baja Edad Media.
No podemos decir lo mismo de la ermita de la Vera Cruz o del Santo Cristo de Turienzo, que había sido erigida en el s. XVI por el concejo del lugar y subsistió hasta el s. XIX y en la que se veneraba entre otras efigies a un Ecce Homo, que por su notable antigüedad el obispo pidió en 1823 que se apartase del culto y se enterrase en dicha ermita “poniendo la columna de esta «ymagen» a la de la parroquia que esta sin ella”.
La relación de Turienzo con el Camino de Santiago es posible que se remonte en el tiempo al s. X, documentándose en el año 1150 una heredad llamada “Santiago”, situada entre “Salas” y “Raigada”, aseveración que vendrían a avalar las menciones posteriores de “Valdesantiago” y “Capil de rromans” o “Capilla de los peregrinos”, además, la talla de Santiago Peregrino que se conserva en la iglesia parroquial de Turienzo Castañero, corrobora lo expuesto.
Ese viejo camino que venía de Foncebadón y se adentraba en El Bierzo por las demarcaciones de San Pedro y Turienzo Castañero, buscaba la ruta de “Valdesantiago”, dominada estratégicamente desde “El Castro de Álvaro Alonso”, emplazado en “La Corona de los Castros” y en cuyo término se levantaba “La Capil de Romans” o “Capilla de los Peregrinos”, oratorio en que se veneraba a una imagen de Santiago Peregrino.
Este camino se unía en “La Chana de San Martín” con el procedente de Fonfría del Pero y que desde San Andrés de las Puentes se dirigía a Viloria, para hollar “San Martín del Valle de Magaz” y proseguir con dirección a Matachana.
Si la influencia del Camino de Santiago ha dejado su impronta en la localidad, lo mismo podríamos decir de la ejercida por los señoríos de Bembibre y San Pedro Castañero, administrados por los Enríquez y los Mendaña, al igual que la que gira en torno a los linajes Castro y Barrientos, que forjaron su devenir histórico y encumbraron a lo más alto a la pequeña nobleza local, a una aristocracia que extendió su dominio más allá de nuestras costas.
No estaría demás evocar a algunos grandes personajes del s. XVI de Turienzo como fueron:
– Juan de Castro, mayordomo del Conde de Alba de Aliste, señor de Bembibre y fundador de la capilla de los Castro o de Santa Catalina y San Andrés Apóstol.
– Martín de Barrientos, notario mayor, encomendero y prestamista en Potosí, en el Virreinato de Perú, y patrono de las capillas de los Barrientos de Cobrana, Congosto y Ponferrada.
El barrio de abajo se encontraba situado en los alrededores de «La Fontanica» o quizás más hacia el valle se llamaba Barrio de San Pelayo, en honor a su ermita y que hoy es actual Parroquia de San Pelayo.
Turienzo sufrió varios incendios, en los cuales se quemaron mas del 70% de las casas del pueblo, por ello todas las casas señoriales y solariegas que había por entonces, el fuego se las arrebató al pueblo. La miseria y grandes dificultades se adueñaron de las gentes del lugar, teniendo éstas que pedir ayuda a otros pueblos vecinos para sobrevivir. No habían transcurrido cuarenta años y de nuevo las tropas francesas en 1810, arrasaron todo cuanto se encontraba a su paso, en este caso Turienzo quedó otra vez casi destruido y desolado. Podríamos seguir hablando del periplo histórico de esta población y relatar más avatares históricos y rememorar los desastres de la Guerra de la Independencia en Turienzo, pero lo que importa es que Turienzo se levantó una vez más, no con el mismo esplendor que había tenido, ya que casi comenzó de nuevo.. La ermita se amplió convirtiéndose en la parroquia de San Pelayo y de lo demás no quedó ni rastro. Todo lo que hoy vemos y las edificaciones más antiguas, están reconstruidas muchas de ellas sobre las ruinas de las anteriores. Turienzo esconde en sus entrañas un pasado muy poco afortunado, pero en cambio si una larga historia que es digna de conocer por sus gentes.
Agradecimientos del Pueblo de Turienzo al Historiador D. Manuel Olano Pastor.. por tanta historia…
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Escudo de Turienzo Castañero en piedra (permanece en la fachada del Club desde el pasado Sábado 13 de Febrero de 2010)
Escudo de Armas. El proyecto de escudo se fundamenta en la investigación histórica de la localidad. El nombre de Turienzo, “Turgentium”, remite directamente en su significado etimológico latino a la Torre del pueblo. El calificativo Castañero es un derivado de “castanea” y designa un paraje abundante en castaños.
Lectura heráldica.
Escudo cortado, partido en su parte superior.
Timbre. Coronal real española, en este caso cerrada, como símbolo oficial del reino.
Primer cuartel. Sobre campo de gules, trae una torre plateada con las ventanas y la puerta negras.
Segundo cuartel. Sobre campo de oro, trae un castaño con el tronco marrón, el ramaje verde y el fruto amarillo.
Tercer cuartel. Sobre campo blanco, trae una línea de campos de sinople cruzada por un camino marrón y a ambos lados del mismo, una concha o vieira de gules y la imagen de Santiago Peregrino, en clara alusión a que Turienzo fue un hito importante del Camino de Santiago.
HISTORIA DEL CLUB POPULAR «25 AÑOS» Haciendo grande a Turienzo…
«El tiempo pasa, la obra permanece»
Que nuestros actos sean siempre
vuestra mejor herencia y que nuestro Club
mantenga vivo el espíritu
para el que fue creado.
( Ana Cristina Pastrana)
Corrían los años 80 y en Turienzo Castañero, como en el resto del Arciprestazgo del Boeza, se desarrollaron misiones populares. Surgió entonces la idea de construir un local , con el objetivo de acoger una serie de actividades culturales y lúdicas para el ocio y el tiempo libre de los habitantes de Turienzo Castañero, así nació nuestra queridísima Asociación; haciendo que Turienzo Castañero tomara un nuevo rumbo en su historia.
Según al Acta fundacional, el club popular se constituye el 25 de Noviembre de 1984 , siendo los promotores Antonio Da silva Costa (Toñín) como primer Presidente, Celestino Domínguez Maestro (el Cura) como secretario, y Valentín Rodríguez Rodríguez (por todos conocido)…en el Acta aparecen además las firmas de José Nieto(+), Magín Fernández, Ángel Herráez(+), Pedro Carpio(+), Juan Bautista Núñez, Ludi Morán Núñez, Ángel Alonso, Encina Carpio, Miguel Cuellas Fuente, Toribio Rodríguez(+) y Saturnino Payero. Fue legalizado oficialmente por el Gobierno Civil en la curiosa fecha del 28 de Diciembre (día de los Santos Inocentes) del mismo año. A partir del 12 de Enero los socios contaron ya con su carné de socio y abonaron la cuota, entonces de 500 Pts por familia, incluyendo los menores de 18 años. El primer paso fue acondicionar el local donde se ubicaría la Asociación (en la antigua escuela del barrio de abajo) y fueron muchos los socios que aportaron su grano de arena, unos en mano de obra, otros a través de una aportación económica y a fuerza de luchar también para buscar colaboración en instituciones públicas y privadas, se consiguió lo previsto.
La Asociación nació con el objetivo de ofrecer a los habitantes del pueblo una serie de actividades culturales y lúdicas para el ocio y el tiempo libre. Para algunas personas era algo raro e incluso, en algunos, provocaba recelos eso del club: les sonaba a vida nocturna. Pero con paciencia, los promotores de la Asociación fueron explicando lo que se quería conseguir, y gracias a su buen hacer y la ilusión que habían puesto, convencieron a los indecisos, y hoy… estamos todos unidos en torno a esta gran “casa”.
El Club Popular, a lo largo de estos 25 años, ha realizado un amplio abanico de actividades a favor de sus socios y de los nativos y residentes en Turienzo Castañero.
La primera acción oficial fue recuperar la fiesta de Santo Tirso, 28 y 29 de Enero que, desde entonces se celebra con constante éxito. Luego vendría el Botillo y el Carnaval, celebrado por primera vez el Sábado de Carnaval de 1985, en Agosto la fiesta del Veraneante, actualmente transformada en el día de la Sardinada. Un logro importante fue sacar la revista “La fuente de la risa” y otras actividades se iban consolidando con el paso de los años. Gracias al Club se recuperó el pendón. Se comenzaron a organizar festivales gastronómicos, como el del Botillo, la cena del jabalí y el Magosto Popular. Actualmente, además, el club cuenta con muchas actividades anuales: El Filandón, actividades de Semana Santa, el día de la Convivencia y del Socio, Ludo teca Infantil (promovida por CEAS de Diputación), Clases de baile, Cursillos de manualidades, la Sardinada y chorizada Popular, Jornada del Marisco (de reciente incorporación), Jornada de la convivencia Juvenil, campeonatos de cartas…Despedimos el año con la fiesta de Noche Buena y Noche Vieja y lo empezamos con fuerzas con la Cabalgata y Noche de Reyes. Además de estas actividades anuales, esporádicamente también realizamos otras como: obras de teatro, concursos de varias modalidades, charlas, juegos y concursos infantiles, exposiciones, bailes, competiciones deportivas (ciclismo y fútbol sala) fiestas para los jóvenes denominadas Party-disco, etc. La mayoría de estas actividades son abiertas a cuantos quieran participar, por ello son bastante concurridas.
Muchos habitantes de Turienzo, como los de muchos pueblos próximos, no habían tenido la posibilidad, por aquellas fechas, de conocer otras localidades de España; entonces el Club empezó a organizar excursiones, la primera de las cuales fue a Covadonga patrocinada por la Diputación Provincial. El Club Popular recibió la visita de personalidades, como el Sr. Presidente de la Diputación de León, D. Alberto Pérez Ruiz, con motivo de la inauguración de nuestra sede. El Club Popular, comenzó a verse como el punto de encuentro de los socios y del pueblo de Turienzo.
La Asociación contó desde el primer momento con un servicio de ambigú en el local (único “bar” en el pueblo) que esta abierto todos los días, desde mediodía. El local fue totalmente rehabilitado en 2007, gracias a los recursos de la Junta vecinal y subvenciones posteriores. Fue inaugurado el 19 de Agosto de ese mismo año, como “La casa del pueblo”, aunque la Asociación Club Popular tiene la vigencia del mismo mientras ésta esté en vigor. La nueva sede cuenta con dos plantas, en la planta baja está ubicado el ambigú, aseos y un gran porche y la segunda consta de un gran salón de usos múltiples, oficinas y aseos.
Turienzo Castañero antes de contar con el Club, era poco conocido, a raíz de su nacimiento, el pueblo perdió su anonimato, algo que tiene que agradecer a la Asociación. Con sus constantes y variadas actividades ha influido en la mejora de calles. Fue el primer pueblo del municipio que contó con polideportivo, con un parque cercano con juegos para niños, bancos, árboles, fuentes, y lo mas destacable es que ha sido el único pueblo cuyo número de habitantes ha crecido en gran medida en los últimos años. Es de justicia reconocer que nuestra asociación ha sido determinante para las mejoras del pueblo y para el bienestar y gozo de su gente y de muchos visitantes.
En Turienzo, se considera al Club como algo muy querido, sin el cual nada seria igual. Por eso creemos que hay que seguir colaborando cuanto sea necesario y así mejoraremos y alegraremos la vida del pueblo. Y cabe decir que en una institución sin ánimo de lucro y cuyos cargos directivos en nada se benefician, sino que tienen sus problemas, preocupaciones y responsabilidades, sobran personas dispuestas a trabajar por los demás sin recibir nada a cambio. Pero quizás aquí está el éxito de esta casa, en que trabaja desinteresadamente por los demás y por el pueblo.
Concluyendo con este breve paseo por la temprana vida del Club Popular podemos decir que en un pueblo de poco mas de 200 habitantes llamado Turienzo Castañero existe una Asociación que lucha por mantener una llama viva de ilusión, una llama que se encendió hace 25 años, que nos mantiene unidos, que se ha ido pasando de unos a otros y por lo tanto no debemos dejar que se apague….ya que sino, el esfuerzo de muchos habrá sido en vano.
EN RECONOCIMIENTO A LOS PRESIDENTES DEL CLUB POPULAR
* Antonio Da Silva Costa (11 – 1984 a 02 – 1994)
* Francisco José Díaz Dguez. (02 – 1994 a 01 – 1995)
*Antonio Da Silva Costa (01 – 1995 a 05 – 2003)
*Agustín Rodríguez Pérez (05 – 2003 a 03 – 2004)(En funciones)
*Javier Varela Fernández (03 – 2004 a 02 – 2005)
*Agustín Rodríguez Pérez (02 – 2005 a 02 – 2008)
*M. Rocío Fuentes Santos (02 – 2008 a 02 – 2013)
*Vanesa Nuñez Tercero (02 – 2013 a 03 – 2016)
*M. Rocío Fuentes Santos (03 – 2016 a 03 – 2017)
*Ignacio Cuellas Fuente (03 – 2017 a 03 – 2019)
*Álvaro Gutiérrez Palacio – En la actualidad
EN RECONOCIMIENTO A TODOS LOS MIEMBROS DE LAS JUNTAS DIRECTIVAS
(Por orden cronológico)
Antonio Da Silva Costa – Celestino Domínguez – Valentín Rodríguez – Miguel Cuellas Fuente – Miguel A. Morán Núñez – Feliciano Fernández – Miguel A. Fernández Suárez – Mari Pili Nieto – Leonardo Fuente – Jesús Álvarez – Álvaro Gutiérrez – Toño Salmerón – José Manuel Domínguez – Magín Fernández – Iris Palacio – Chelo Palacio – Ludi Morán – Francisco Núñez Tercero – Ángel Alonso Nieto – Manuel Prada – Pablo García Gómez – Antonio Alves – Beni Fuentes – Rocío Fuentes – Juanita Muñoz – Alfredo Riera – Francisco José Díaz – Joaquín Maíz – Manuel López Rguez – Esteban Vega – Isidro Muñiz – Agustín Rodríguez – Loli Velasco – Tomas Néstor Martínez – José Rodríguez – Dolores Salmerón – Conchi Nieto – M. del Mar Díaz – Alberto Alonso Alonso – Visita Fernández – Ismael Sousa – Yolanda Núñez – Bienvenido Morcuende – Javi Varela – Azucena Morán – José Antonio Rodríguez – M. del Mar Garrote – Miguel A. Nieto – Alcira Domínguez – Victorina García – Víctor M. Rodríguez Núñez – Jose Antonio Argüello – Nesti Álvarez – Orlando Moreno – Miguel A. Garrote – Eugenia Pinto – Lourdes García – Tere Nieto –Mero Alonso – Víctor M. Núñez Tercero – Oscar Fernández – Víctor Tercero – Noelia Blanco – Charo Beltrán – Ángel García Barredo – Jesús M. Fernández Álvarez – Carlos Vassalo – Chari Sastre – Rogelio Lema – Eugene G’line – José De Arriba – Yoli García – Ana Rosa Prieto- Germán Rodríguez López – Marian Lozano – Isabel García Palacio – Felipe Herráez – Pili Barrio – Jose M. Álvarez Fuente – Alicia Fernández Álvarez – Andrés Fernández Moran – Vanesa Núñez – Miguel A. Nieto Castellano – Dionisio Nieto – Isaac Fernández Suárez – Cruz Campelo – Miriam Díaz – Nekane Morcuende – Ignacio Cuellas – Isabel Morán – Isabel Martinez – Octavio Domínguez – Ana rodríguez – Ivan González – Lucía Fuentes…
*En Memoria… a los miembros fallecidos:
Encarnación Domínguez – Pedro Carpio – Pepe Nieto – Ángel Herráez – Toribio Rodríguez – Francisco Núñez (Kiko) – Alberto Alonso Núñez …Para ellos y para todos los socios que ya no están..un recuerdo muy especial.
Leyendas de moros y tesoros en El Bierzo
TOMÁS MAÑANES PEREZ, JOSÉ LUIS ALONSO PONGA
revista Folklore
Algunas leyendas alusivas a los moros
Andando por las tierras del Bierzo, nos hemos encontrado con una serie de leyendas que hablan de los moros como unos pobladores legendarios. que han habitado la comarca en unos yacimientos arqueológicos localizados (1).
Estos personajes han vivido, han trabajado, han cavado cuevas para su refugio y para ocultarse a las miradas de cualquier vecino curioso.
En el Bierzo, y siempre según la leyenda, los moros, vivieron en: «Los castillos» en el término municipal de Cariseda, en. «El Calvario» (Tombrio de Abajo), «El corón» (La granja de S. Vicente), «El Castro» (Santa Marina de Torre), La Corona del Castro» (S. Andrés de las Puentes), «El callejo de los moros» (Vega de Espinareda), «El Castro» (S. Julián de Vega de Valcarce), «La Cortiña de los mouros» (Castañeiras de Balboa), «La Torre» (Barjas), «El Castro» (Ermide), «El Castrín» (Viñales), «La Corona del Castro» (Langre), «La Ría del Tesoro» (San Pedro Paradela), «La torca» y «El Barreiro» (Colinas del Campo de Martín Moro).
(NOTA DEL CLUB POPULAR: En el texto anterior, los autores no hacen mención a Turienzo castañero, por lo que nos parece importante destacar; » Las Torcas y El Rechano» (Turienzo Castañero), por las leyendas y relación con «Los Moros» aludidos.)
Todos estos poblados asociados con los moros, nos han dado en una comprobación arqueológica, que se trata de yacimientos en la Edad del Hierro, y de castros romanizados (2). Están situados en lugares elevados de fácil defensa, y sólo en ocasiones muy raras se aplican estas leyendas a yacimientos romanos en llana, como es el caso de «La Mezquita», en el término municipal de Requejo.
También los moros han construido cuevas para vivir y pervivir a lo largo de toda su historia, ya que según las leyendas continúan aún viviendo debajo de la tierra y a veces hasta se le aparecen a la gente cuando ésta se hace acreedora a tal confianza.
En la comarca del Bierzo, conocemos la existencia de cuevas de moros en: Barjas, en el lugar conocido como «A Cova» y «A Cova das gallas»; en Moldes en «La Peña», en Salas de los Barrios en «Matocalero»; en Ocero «El Reguerón»; en Villar del Acero «La Bramuda»; en Villar de las Traviesas «Cimadevilla»; en Castropodame «La cueva del moro»; en Salientes «La cueva la mora».
Los moros que viven en estas cuevas siguen haciendo su vida normal, o por lo menos la seguían haciendo hasta la época de la industrialización, que ha dado al traste con la mayoría de estas leyendas (3). Así en Villar de las Traviesas los moros que habitaban la cueva, iban a lavar la ropa al «arroyo San Lázaro», los de Salientes lo hacían en una cascada que hay debajo de la cueva, en Turienzo Castañero «las moras salían para que una pastora les peinase e iban a lavar al prau dominguín».
Estos pobladores legendarios se comunicaban entre sí por medio de cuevas de varios kilómetros de largas; ya que su estado de encantamiento no les permite entrar en contacto con todas las personas, se ocultan de la gente y solo se muestran en ocasiones excepcionales. En Castropodame, «La cueva del moro», va a salir a Astorga, e igual ocurre con la de Villar de las Traviesas, que sirve para poner en comunicación entre sí varios poblados moros.
En todas estas cuevas citadas, no se ha encontrado ningún vestigio de habitación humana, lo cual nos hace pensar que éstas, al menos en casos como los que tratamos, forman parte de todo ese folklore que tanto abunda en toda la geografía española. Desde siempre, el hombre ha creído ver en las cuevas y oquedades de las rocas, en los bosques, y demás elementos naturales llamativos, lugares propicios para la habitación de una serie de seres míticos, como son: enanos, gigantes, dragones, serpientes, etc., por eso, a nuestro juicio, en la cultura que estamos analizando, cuando los moros han pasado de ser hombres de carne y hueso para convertirse en personajes quasi-mitológicos, la imaginación popular les hace habitar aquí.
Las fuentes son otro elemento cultural estereotipado que podemos analizar en el mismo sentido que las cuevas. En Lillo, existe una fuente conocida con el nombre de «Fuente de la mora»; éste es uno de los pocos topónimos que hay en el Bierzo, aplicado y relacionado a los moros con los manantiales, sin embargo, en nuestro trabajo de recogida de datos por toda la provincia, hemos encontrado varias fuentes que llevan estos nombres, y normalmente son famosas porque sus aguas son abundantes y buenas. Cuando preguntamos el porqué del nombre de la fuente, la gente contesta que se llama así, «porque allí iban a beber agua esos señores»; algo así como si ellos mismos le hubiesen dado el nombre y sus buenas cualidades. En los pueblos leoneses de Tierra de Campos, conocemos dos fuentes que llevan el nombre de santos: S. Miguel y S. Gregorio; estas dos fuentes están situadas cerca de dos yacimientos arqueológicos medievales, que se conocen en los pueblos de alrededor como antiguas ermitas; pues bien, en los dos se da la misma leyenda: «El santo vivía en la ermita (actual yacimiento arqueológico) e iba a coger el agua a la fuente, por eso ésta lleva el nombre del Santo, y por eso el agua de esta fuente es muy buena». Este ejemplo es a nuestro juicio, ilustrativo de cómo, sobre fundamentos reales, se tejen las leyendas en los ambientes populares. Vemos cómo en estos casos los santos y en los anteriores los moros, actúan como númenes de las fuentes a las que comunican sus cualidades.
Otra característica de estos personajes era la de ser trabajadores, haciendo obras para el servicio de los pueblos, como en el caso de Santibáñez de Montes, donde se conoce un «Canal del moro», hecho por éstos según la tradición, aunque en realidad se trata de un canal romano (4). En Ocero, en el pago denominado «El Carballo», se dice que tenían una fundición de hierro, leyenda quizás surgida de la abundancia de escoria que se encuentra en el lugar, pero según estudios recientes, también en este caso es romano (5).
Otras veces el trabajo de nuestros personajes, es algo que raya en lo maravilloso, como la leyenda recogida en Cabarcos, según la cual, la llamada «Peña del Reloj», una gran roca encima de una montaña, la subió una mora. A nuestro juicio, esto es fruto de la creencia que el vulgo ha tenido siempre de que los moros han sido siempre personas dotadas de poderes extraordinarios.
¿Quiénes son los «moros»? Como hemos visto, por las leyendas que de una manera más bien resumida hemos expuesto, son unos personajes legendarios que están ligados a fenómenos la mayoría de las veces extraordinarios: Viven en cuevas bajo la tierra, son bienhechores, trabajan para el pueblo y son capaces de acciones mágicas.
Como ya se ha señalado, al hablar de los pobladores de estos lugares, el pueblo da el nombre de moros a los habitantes de cualquier poblado de la cultura castreña o yacimientos romanos (6); aunque estamos convencidos (si bien arqueológicamente no lo hemos podido comprobar), que el concepto «moro» se puede aplicar a todo lo antiguo, de manera que la expresión «de tiempo de los moros» o «lo hicieron los moros» no significa más que algo antiguo, sin indicar el tiempo histórico concreto. Sería una frase popular similar a nuestras expresiones: «antes de la guerra», «del año de la pana», etc.
Los moros serían seres míticos que entroncan con la mitología indo-europea y prerromana (7).
Origen de las leyendas de moros en el Bierzo. Las leyendas de moros, al menos en el Bierzo, no tienen su base histórica en la Alta Edad Media, fruto del contacto de Moros y Cristianos, puesto que en el Bierzo los moros no estuvieron sino en algunas correrías (8). Lo que sí podemos suponer es un fuerte sustrato de antiguos visigodos, lo cual se demuestra a partir de la vida de S. Fructuoso y luego por la abundancia de topónimos, que según Sánchez Albornoz, demuestran «una emigración de godos de fecha anterior a la emigración mozárabe de los siglo IX y X» (9).
Las pretendidas raíces de influencia árabe, son sólo producto de las llegadas de gran cantidad de mozárabes al filo del siglo X, que en el Bierzo nos han dejado muestras excepcionales de su arte (10), fundaron gran cantidad de monasterios y dejaron muchos topónimos como Torre Mauri (Tremor), Almazcara, Benuza, etcétera (11).
Así pues, las leyendas de moros han podido surgir de atribuir a los moros el haber vivido en lugares que sólo estuvieron habitados por mozárabes; en este sentido recordemos que los asentamientos alto-medievales están también en lugares altos, de fácil defensa, coincidiendo con los asentamientos castreños y tardorromanos.
Lo que es más probable, el Bierzo participa de la mentalidad de las demás regiones españolas, y atribuye a los moros la función que ya les señaló Caro Baroja: «Los moros, sean como gentes inferiores, sean como personajes antiguos dados a encantos u objeto ellos mismos de encantos, han quedado como entes proverbiales en el folklore de muchas partes de España» (12).
Los tesoros ocultos: Raro es el pueblo en toda la geografía española que no cuenta entre sus leyendas alguna alusiva a un tesoro escondido que todos sus habitantes saben dónde está, pero que sin embargo nadie se decide a descubrir. Nosotros no vamos a hacer un estudio de lo que estas leyendas representan para el conjunto cultural de la humanidad, sino de qué manera se han materializado en una sociedad rural.
El origen de estas leyendas, a la luz de los ejemplos recogidos en el Bierzo, es doble, coincidiendo con la doble materialización de dicho tesoro: Unos tesoros son acumulación de monedas hasta formar una olla llena de oro, un arca, una bolsa, etc. Otros tesoros están materializados en animales, yugos, bolas, mantos de oro, etc.
Respecto al primer tipo de tesoros, consistente en la aparición de monedas, vamos a hacer unas consideraciones previas para esclarecer el origen de este tipo de leyendas:
-según la convicción popular, los «antiguos» guardaban sus dineros en sitios inverosímiles; algunos de estos tesoros se perdían para siempre por simple olvido o por desaparición del dueño.
-a veces, se han encontrado fortuitamente estos atesoramientos en algunos yacimientos arqueológicos, bien sea en forma de monedas, como los tesorillos romanos o medievales, o bien en forma de auténticos tesoros de joyas como es el caso de La Aliseda, Guarrazar, etc.
-en la mayoría de los yacimientos romanos aparece algún resto numismático, aunque solo sea «un pequeño bronce».
Pues bien, con estas bases que hemos puesto, y que son fidedignas y comprobables, con este aparecer monedas en poblados que en otros tiempos han estado habitados, el pueblo llano ha tejido otras leyendas de tesoros que normalmente están escondidos en todos los antiguos yacimientos arqueológicos y ruinas de edificios.
Los lugares a los que con más frecuencia van unidos los grandes tesoros son aquellas ruinas que el pueblo tiene como de palacios o conventos -aunque en realidad no sean ninguna de las dos cosas- porque en el subconsciente popular aún se sigue uniendo el concepto de «palacio» y «convento» con los lugares donde se ha acumulado desde siempre la riqueza.
En el Bierzo hemos encontrado como yacimientos más representativos «Ruidebollos» en Villanueva de Balboa, «os barreiros» en Busmayor, «el castrín» en Viñales, por no citar más que unos pocos en los que se da la leyenda del hallazgo o la existencia de una olla de oro. El caso de Viñales es sumamente ilustrativo, y por eso lo transcribimos: «Cuentan que hace unos 150 años un individuo llamado Alejandro plantó una viña en el castrín y estando trabajando encontraron una olla de barro ya vieja y rota, y entonces les dio por excavar y sacaron una mesa de piedra y una olla que decían que contenía oro…» El anciano de quien procede esta comunicación asegura que él conoció la olla y la mesa en la bodega del dueño de la viña. Sin embargo, a nosotros lo que más interesante nos parece es que la olla que apareció debajo de la mesa, según nuestro comunicante, no se sabe con certeza lo que contenía, puesto que para afirmar que contenía oro, lo dice con un giro de posibilidad: «decían…»
En otros pueblos tampoco se ha podido comprobar el hallazgo, pero se habla de él, como es el caso de Losada, donde apareció un arca en «el convento», con la que se hicieron ricos las familias que la encontraron.
Sobre el segundo tipo de tesoros, aquéllos que según las leyendas se encuentran con más frecuencia enterrados, son:
-Animales de oro: En Pieros, en el pago conocido como «el picón», hay una corza de oro macizo enterrada; en Noceda en «Ceruñales» se señala la existencia de una cabra de oro; en Páramo del Sil en «la cabeza del castro» hay unas mulas de oro, junto a una bola de oro igualmente.
La existencia de animales de oro ha abundado en las leyendas populares desde toda la antigüedad, recordemos el caso del «Vellocino de oro» o del mítico «becerro de oro» de la Biblia (13).
Para dar una explicación de estas leyendas, nos permitimos servirnos de ejemplos de otras similares existentes en la provincia de León fuera del Bierzo, pero que creemos son ilustrativas. En varios pueblos de la Ribera del Esla hemos recogido datos de la existencia en yacimientos arqueológicos de «una piel de toro o de carnero» llena de monedas de oro», otras veces es «una piel de toro o de carnero que es ella misma de oro» y por fin «un toro, un carnero u otro animal de oro». Así pues, vemos una evolución dentro de las leyendas, primero sería la piel del animal que sirve como recipiente para meter monedas, luego la piel del animal que es el tesoro y, por último, es el animal el que es de oro macizo.
Nosotros creemos que este tipo de leyendas tienen un origen culto, como podemos apreciar en el siguiente ejemplo: en un yacimiento de la Tierra de Campos leonesa se halla «un becerro de oro enterrado»; lo curioso del caso es que en aquella zona, al menos entre el pueblo, la palabra becerro no se usa, por eso al preguntar nosotros «¿qué es un becerro?», nos respondían «debe ser algo así como un animal», lo cual demuestra que el pueblo tiene la idea de un tesoro, pero no sabe cómo está configurado, además demuestra que la leyenda no ha podido ser inventada por el pueblo, puesto que no conoce algunos de sus elementos, sino que ha sido un fenómeno de culturización, por el cual el pueblo ha hecho suya una leyenda contada por un señor de ascendencia cultural sobre él mismo, como es el sacerdote que le habla de un «becerro de oro» de los judíos.
Volviendo al Bierzo, las leyendas sobre animales están dentro de unas coordenadas mitológicas generales transmitidas por la gente culta que han prendido en el pueblo, y que el pueblo las cuenta a su manera citando animales conocidos por todos: corzos, cabras, mulas, etc.
Este tipo de leyendas, que también se dan abundantemente en la vecina Galicia, han sido también interpretadas como restos de antiguos cultos zoolátricos (14).
Se documenta la existencia también de aperos de labranza o de objetos de uso diario en varios pueblos. En Castañeiras de Balboa, en «el caho de la granda» se habla de un yugo de oro, al igual que en Villanueva de Balboa «Castañeiriños», y en San Tirso en el pago de «el Auteiro». En la Ribera de Folgoso se habla de unas cubas de oro enterradas ,en «el corón». En Castropodame, en un yacimiento arqueológico vecino a las minas romanas, se habla de un manto de oro.
Otras veces, las leyendas encierran un carácter moralizador y maniqueo. En Villar de las Traviesas se cuenta que debajo de «peña escrita» hay «un tesoro o un gas venenoso», el que levante la piedra y lo encuentre será para él, si es un tesoro se hace rico, pero si es un gas venenoso se expande y mata a todo el pueblo. Esta leyenda también se da en Valle de Tedejo, donde en «el Corón», en un túnel, «hay dos arcas, una de oro y otra de veneno, si abres la de oro te haces rico, pero si abres la de veneno te mueres». En Turienzo Casteñero, aún van más allá «en las Torcas, hay dos arcas, una de oro y la otra de azufre, si se abre la de oro se enriquece «toda españa», pero si se abre la de azufre se envenena toda España también»; esta leyenda está tejida para hablar de la importancia que tiene el pueblo, que es algo así como el centro de la nación, puesto que en sus manos está el enriquecer o el destruir «toda España». En Labaniego hay una gran peña que está encima del pueblo dominándolo, la leyenda dice que esta gran peña está sujeta con una cadena de oro, si se quita la cadena, la piedra cae y destruye el pueblo.
En estos ejemplos vemos que los tesoros están guardados, ya no por verdaderos «monstruos», como lo estaban las manzanas del jardín de las Hespérides (14), sino por el miedo, la suerte… El tesoro está ahí, pero su alcance entraña un riesgo excesivo. Vemos una vez más la influencia que ha tenido sobre la cultura popular el maniqueísmo que impregna la cultura occidental y la religión católica. No es aventurado suponer que estas leyendas están influenciadas por las prédicas del clero, que habla de la inutilidad de conseguir pequeños goces que a la larga acarrean grandes males. Estas siguen de cerca el modelo bíblico del árbol de la ciencia del bien y del mal, en el que se castiga la ambición (16).
(1) En nuestro trabajo de campo, hemos contado con la colaboración de Isabel Fernández, Mª Victoria Fernández Tercero, Gervasio Diéguez, Benedicta Merayo, Benito Alvarez Marqués, a todos ellos queremos darles las gracias desde aquí.
(2) MAÑANES PEREZ, T. El Bierzo prerromano y romano, León 1981.GOMEZ NUÑEZ S. «Las vías romanas entre Asturica Augusta y Bergido Flavio y la situación probable de la ciudad de Interanium» B.S.G. 71, 1931, pág. 27 y siguientes.
(3) GONZALEZ REBOREDO, J. M., El folklore en los castros gallegos, Universidad de Santiago de Compostela, 1971, pág.
(4) MAÑANES PEREZ, T. El Bierzo prerromano y Romano.
(5) Ibidem.GOMEZ NUÑEZ S. «D. Juan Manuel Muñarriz y la siderurgia del siglo XIII en la región del Bierzo» B.S.G. 75, 1925, págs.
(6) GONZALEZ REBORBDO, J. M., «El folklore…»pág. 19 ss.
(7) Ibidem., pág. 41 y ss.
(8) SANCHEZ ALBORNOZ, C., «Despoblación y poblamiento del valle del Duero». Buenos Aires 1966, págs. 149 y ss.
(9) Ibidem, pág. 153.
(10) GOMEZ MORENO, M., «Iglesias mozárabes españolas», Madrid, 1930.
(11) RODRIGUEZ FERNANDEZ, J., «Ramiro II Rey de León», Madrid, 1972, pág. 179.
(12) CARO BAROJA, J.: «Vidas Mágicas e Inquisición», T I., Madrid, 1976, pág. 49.
(13) Exodo 32, 1-7.
(14) GONZALEZ REBOREDO, J. M., «El folklore en los castros gallegos», págs. 67-68.
(15) GUIRAND, F., «Mitología general», Barcelona, 1971, págs. 202, 245.
(16) CENCILLO, L., «Mito semántica y realidad», B.A.C., 1970, págs. 52 y 55.
VALDESANTIAGO Y SU RUTA DE ROMEROS
No deseo rasgar sentimientos distantes con este aventurado y oscuro artículo. Tan sólo voy a sembrar la duda sobre quienes hablan del apóstol Santiago y sus múltiples veredas de peregrinos, antaño concurridas y transitadas, hoy arropadas por el olvido.
Creo que ya va siendo hora de profundizar con firmeza en el tema y de rememorar aquel antiguo camino que desde Foncebadón, a través de viejas rutas discurría hacia el paraje de Las Torcas, entre San Pedro y Turienzo Castañero, para proseguir hacia Villar, La Sala, El Canto, La Pasada, Casas de Rey, Valdesantiago… Los Jacobeos que tomaban esta fácil calzada enfilaban por Las Salinas a Bembibre. Antes podían tomar la bifurcación que desde Viloria iba hacia Matachana, Villaverde y San Miguel de las Dueñas, enlazando polvorientos despoblados, El Rejayo, San Martín , San Pelayo, Matilla…
Ambas solían desviarse hacia Congosto, bien cruzando Bembibre por El Barco (que alude a la existencia de una barcaza para pasar el río) y tomar el “Camino de San Lázaro” cuya ermita se fecha ya en el siglo XIV, continuando hacia San Román, donde había un viejo hospital para los romeros, y un puente sobre el río Noceda. Dejando atrás el Santo Cristo, Santa Eulalia del Piélago y Gatón, se perdía con dirección a Congosto.
La otra vía se bifurcaba por el puente de Revilla, penetrando a Santa Eulalia y Gatón, hollándose hacia la meta oculta de Santa Ana, Los Cantos y Val de Santiago, ya en Congosto.
Pues bien, dejemos ahí nuestra ruta de interrogantes y regresemos a nuestro Valdesantiago y sus misterios, ya que cuentan, si, cuentan, cuentan las leyendas:
“… que en lo más encarnizado de la batalla que tuvo lugar en este valle, surgió la figura del apóstol a lomos a un blanco corcel y con su espada de fuego puso en fuga a las huestes agarenas, que estaban diezmando a las cristianas, empujándolas hacia el río Boeza, donde los bembibrenses dieron buena cuenta de ellas.
Al día siguiente, cuando las mujeres fueron a la fuente De Sala por agua, vieron con sorpresa que de ésta brotaba sangre…”
Para conmemorar tales prodigios se levantó una ermita dedicada al Santo Patrón, e incluso hay quien dice que existió una piedra grabada con la herradura del caballo del epónimo guerrero y además una fuente de aguas frías.
Hoy, cuando ha transcurrido la friolera de casi mil años, nada queda de tan devoto edificio, solo un arroyo y un valle con el topónimo de “Valdesantiago”, un montón de recuerdos y algún que otro vestigio intermitente, por las viñas de Magaz y de Las Coronas.
Del primitivo asentamiento monástico de La Sala denominado de “San Pedro y San Pablo de Castañeda”, tan solo hay escasas citas, aunque se sabe que el célebre San Genadio lo reestructuró por estos valles en el siglo IX.
Las primeras menciones sobre Turienzo corresponden al siglo X, siendo además constantes las alusiones a partir del mismo. En el año 1256 destacaremos el fuero otorgado por la comunidad monacal dependiente de la diócesis de Astorga.
San Martín del valle de Magaz, al igual que San Pedro Castañero, también suenan con fuerza en la décima centuria. El primero muestra claras huellas romano-medievales y varios topónimos relacionados con una vieja ermita dedicada a Nuestra Señora.
El segundo que pervive en la actualidad, surge como dependencia de Turienzo, pues se le menciona documentalmente como San Pedro de Turienzo o San Pedro de Boeza.
Se cree, por tradición, que en La Pasada o en Casas de Rey había una venta o mesón, donde el monarca solía detenerse a descansar y apagar la sed, antes de proseguir hacia Bembibre y su fortaleza. Numerosos restos del pasado acreditaban la posible hipótesis, tan amparada por la memoria local.
Ahora que ya ha quedado abierto el tránsito de romeros de Foncebadón a Bembibre, volveremos sobre Turienzo para evocar dicha gesta, contemplando la bella imagen de un “Santiago Peregrino”, probablemente del siglo XVII, que se conserva en su templo plasmando ese tiempo perdido, cuajado de misterios y episodios juglarescos.
Autor: Manuel OLANO PASTOR.
(Fuente de la Risa nº 5)
HISTORIA DE TURIENZO
El municipio de Castropodame se ha convertido en el guardián de bellas historias milenarias, que se cuentan a través de sus castros y minas de oro. El paseo puede terminar en Viloria y sus instructivos relojes de sol, que nos enseñarán otra forma de mirar el cielo. La cabeza de este municipio compuesto por siete pueblos es Castropodame, donde se encuentran gran parte de las explotaciones auríferas existentes en la zona. Proceden de la época de los romanos y, aunque las minas son muy grandes, sólo son visitables las zonas conocidas como la Cueva del Carralón y la del Moro. Las dimensiones son tales, que aquí se calcula que se removieron más de dos millones de metros cúbicos de tierra y se obtuvieron cuatro toneladas de oro. Para ello trabajaron dos mil esclavos durante cincuenta años. Que ésta era una zona rica en recursos ya lo sabían bien los antiguos pobladores. Nos quedan vestigios de su modo de vida en los castros de Matachana, San Pedro Castañero y el propio Castropodame. En Viloria se cuida de La Corona de la Gandarina, un muro celta de mampostería. Viendo la riqueza natural del municipio, es fácil deducir que el lugar era un vergel en tiempos antiguos. Las aguas del río Boeza, los bosques de castaños, las choperas, las aguas termales y las ordenadas huertas, debían ser entonces una fuente inagotable de recursos al abrigo de un clima templado. Incluso las artes tradicionales han ido pasando de generación en generación hasta hoy: en Villaverde de los Cestos se mantiene el arte de la cestería que le dio nombre, Turienzo Castañero celebra cada año un magosto cuyo origen se pierde en los tiempos, y Calamocos se ha convertido en ruta alternativa para los peregrinos del Camino de Santiago. En la misma línea se ha recuperado un antiguo saber: la astronomía. Para ello se comenzó construyendo un parque solar en Castropodame y luego tomó el relevo Viloria, que ya posee tres relojes solares, a la razón de uno por año. Este pasado marzo la Asociación Cultural de Viloria inauguró el último: un reloj de tipo ecuatorial, donde se reflejan las horas equivalentes a la banda del Ecuador. Tiene forma de semicilindro, con el eje orientado de forma paralela al eje de la Tierra. Lo próximo será la construcción de un pequeño planetario denominado «estelarium», desde donde los visitantes podrán observar el cielo y seguir la evolución de la Osa Menor. Una manera de conectar el cielo con la tierra, tal como hacían los antiguos. El pueblo de Turienzo situado en el repié septentrional de los Montes de León, tiene una jurisdicción de 868 hectareas, lo que supone un 15% de la extensión del municipio de Castropodame, ayuntamiento en el que se encuentra integrado. HISTORIA MÁGICA DE TURIENZO CASTAÑERO Turienzo Castañero, bastión oculto del pasado, sobre el que campean múltiples leyendas y testimonios de una época perdida, es hoy por hoy la herencia sencilla, de aquel celta destrozado, por las falanges de Roma. San Antolín, Santo Tirso, San Pelayo, San Martín, y los mitos de la Peña el Asno y de La Caldera, Villar, La Sala, Las Torcas y El Rechano, son entre otros muchos ejemplares, el sueño dorado que despierta esta naturaleza mágica… Ecos Prerromanos.- Analizando primeramente el significado de su nombre, tenemos pues, “Tur”, prefijo celto-astur, con el significado de Turos-fuerte-castillo…Ese, es el eslabón primitivo de tal núcleo de población. Sin reemplazar ningún otro simbolismo o legado; vemos que otros elementos apoyan esta teoría. La piedra de arenisca, empotrada en una de las casas del pueblo, nos traslada a la cultura castreña ya que los motivos geométricos, ahí plasmados, son típicos de todo el Noroeste peninsular en esa transición, del Bronce Final, a la Edad del Hierro (700-500 a.C.) y con posterioridad, hasta el siglo V d.C. e incluso perviven en la Alta Edad Media. La escultura de la Peña del Asno, es otro de los puntos fuertes, que más dicen sobre ese pasado prerromano, de la zona en cuestión. La leyenda que entreteje esa marca incisa es la representación cristiana, de un mito celto-astur. La herradura o pezuña, que semejan más bien cazoletas protohistóricas, es aquí, la huella que dejó el asno de la Virgen y San José, cuando huían de Herodes. Las Torcas y El Legado Romano.- Al filo de la espada, se bajó a los preastures de las montañas vecinas y se les obligó a trabajar un imperio minero, que duerme sobre el comedio del Rechano, Las Torcas… Valle de esplendor y pesadilla, que sobrecoge nuestra mirada, con los restos aún visibles de tierra roja y que reverdece bajo el fulgor de los castaños. Ese sistema de zanjas, que semejan heridas gigantes es, el que aquí vemos reflejado, para el aprovechamiento y lavado, de las detríticas tierras rojas del Mioceno. Estos grandes yacimientos, necesitan del desnivel de las cotas, para conseguir un mayor desmantelamiento del lugar escogido. De ahí, el gran número de cárcavas o barrancos, que dan fe y muestra de este sistema. Sabemos que las fuentes del Corrusqueiro, del Mosquito, del Mantoncín, del Hombre…, eran aprovechadas mediante un sistema de canales, o de carriles, también denominados vayellas. El arroyo de Canales, es un claro ejemplo de aquel tiempo ya perdido. En algunos puntos de difícil, para la extracción del apetecible metal, se buscó la erosión de la misma, hasta conseguir su derrumbamiento y proceder al lavado. Es improbable hablar de un sistema ya aplicado, en la época anterior a la reconquista de Roma. Tal vez, el aprovechamiento de los placeres fluviales, fue el único punto de contacto, de estos pueblos protohistóricos y de ese sueño dorado, que trajo la miseria y el despotismo a estas tierras de leyenda. La ya cercana jurisdicción de Castropodame, muestra otras explotaciones indiscriminadas y colindantes, reconocibles por Las Torcas del Conforco y San Martín. También Montenuevo y el Valle Barreiro muestran señales de ese oscuro pasado, casi perdido. A la sombra de estas escombreras, surge el barrio de (San Antolín o San Sebastiano) asentamiento primitivo de Turienzo, hoy yermo y despoblado, que nos habla de un culto ya perdido. El rechano también guarda sus secretos, como ese tesoro oculto, que en otros tiempos dejaron los moros. Hay restos variados, pertenecientes a la época romana. En Villar abundan más los medievales, pero deben ser parte de aquél pasado mágico, destruido y olvidado y vuelto a reedificar, con el auge monástico de los primeros siglos, de la alta Edad Media. No pasaremos por alto, que aquí mismo, en el despoblado de Las Salas o La Sala, duermen los restos del antiguo Monasterio de San Pedro y San Pablo, erigido en el siglo IX. Sobre Turienzo, tenemos notas escritas ya en la centuria siguiente, que nos hablan de posesiones de Foncebadón; y en las tres siguientes, de San Andrés de Argoturio y de San Martín de Montes… La zona cargada de recuerdos y rasgos eremíticos, guarda celosa, insospechados recuerdos. Dominando la sierra, el alto de La Caldera, La Peña del Hombre, “El Símbolo Mágico de Dagda”, nos habla de aquél recipiente sobre el que los soldados muertos en combate resucitaban y aumentaban su vigor. Otros accedían a la misma, para alcanzar pureza y sabiduría. La Caldera, a cuyo recodo pasan los restos de un antiguo camino, es unos de esos elementos preastures de raíz propia. Junto con la escultura de la Peña del Asno, la decoración a bisel de la casa de Turienzo, así como su nomenclatura y el ara votiva de Cossue, aparecida en San Pedro, destierran un primitivo momento de vida, en el pasado de tan singular poblado… “Cuentan las leyendas, si cuentan…que antes de que Bembibre naciera, ya existían Turienzo y San Pedro… y que en el despoblado de Las Tiendas, celebraban con pompa sus mercados; sí, cuentan, cuentan las leyendas, que antes Bembibre no existía, que todo ese valle era un lago, un lago enorme, un lago, un lago, uuunnn llllaaagooooo”. Manuel Olano Pastor (Fuente de la Risa nº 3)
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los felicito por la página, espero que se sigan agregando fotos y datos, ya que desde la distancia se valoran mucho mas
Muchas gracias Jose! Todo un regalazo para el pueblo. Enhorabuena! Está genial. Un claro ejemplo que desde la distacia tambien se puede colaborar con el pueblo. Saludos! Nos vemos pronto!
Esto funciona…es maravilloso contar con gente como vosotros, si que incentiva esto de tener apoyo lejos de casa, hace que os sintamos cerca….
Jose y Alicia, son dos personas encantadoras que allá donde estén siempre estan echando un capote y además grande..por decirlo de alguna manera sois como ..(nuestros corresponsales)sois mi «brazo largo»..gracias a los dos y a toda la gente que se interesa por nuestro Club y nuestro Turienzo. Besos.
Amigos del Club Popular: Os felicito por esta magnífica web que habeis hecho de vuestro bonito pueblo. Hoy la he visto en general,peero mela voy a estudiar con detenimiento. Os felicito muy de veras. Un abrazo, ALKOKA
weno aki teneis un mensaje de la hija de la presidenta muy bien todo
os kero tury xao xao bssssss……
un saludo miry$$$$hola!!!